viernes, 20 de mayo de 2016

EL TESTIMONIO, FUKUSHIMA

Hay muchas cosas que nos cuentan sin tener palabras en este mundo.
Muchas ayudas que recibimos sin darnos cuenta y nos olvidamos de dar las gracias.
Me gustaría dar las gracias a esas personas y a esas cosas que nos enseñan de la vida.
En mi vida algunas veces he hecho las barbaridades molestando a otras personas sin saber lo que estaba haciendo. Hoy quiero pedirles perdon y transmitir el agradecimiento.
Si estoy vivo ahora, es porque me han ayudado esas personas y las cosas que me han pasado por casualidad o por circunstancial. O por el destino escrito...

El fin de semana por segunda vez estuve en la planta nuclear de Lemóniz.
Seguía estando en la orilla del mar Cantábrico igual que hace unos años.


Por un momento parecía un sitio turístico.
Algunas personas hablaban de una pérdida billonaria del país....
Los otros comentan de la victoria del pueblo....
Su suspención de la puesta en marcha costó la vida de 2 ingenieros que se descansen en paz.
Había un coche de seguridad ahí abajo como la otra vez.
Alrededor de la planta hay muchas torres de alta tensión preperadas a transmitir la energía que habría producido en ella. 
Nunca a este sitio llegó a cargar los combustibles nucleares dicen.
Habría sido un hecho histórico y glorioso para este pueblo a pesar de los asesinatos por situación política complicada que había en su momento.

A mí me pareció como una fortareza del pueblo.
No hay ningún cartel explicando lo que ocurrió. Pero su presencia allí es suficiente para hablarte de la energía nuclear. 
Cada persona pensaría cosas contemplandolo a su forma. 
Lamentando o sintiendese un alivio.....En mi caso es el segundo. 
Un sitio menos para que no pase lo mismo que lo que pasó en Fukushima.   
Si no hubiera pasado el accidente nuclear de mi pueblo Fukushima, quizá mi amigo no me habría llevado a este lugar. Tampoco yo habría dado tanta importancia a su historia.

Todos los días la vida nos enseña cosas. A veces tantas imagenes nos obligan ver cosas que no nos gustarían ver. Lo importante es saber escoger y entender lo correcto. Si somos capáces de realizar lo que pensamos que es bueno, podríamos cambiar algo.

Este año en Fukushima van a levantar la orden de restricción en varios municipios cercanos de la planta nuclear accidentada de Fukushima Dai-ichi. Katsurao y Kawauchi en Junio, Minami soma en Julio y Kawamata en Agosto. Habrá gente que vuelvan y otros no. Pasarán lo mismo que otro municipios ya abiertos.

Habrá mucho trafico en toda prefectura de camiones que transportan los sacos negros lleno de las tierras y escombros contaminados al almacen temporal en municipios de Futaba y de Okuma. A los que está la central.  
La talevisión estatal no para de decir la bajada del nivel de radiactividad en los bosques, montañas y en los seres marinos. Dice que en las montañas ha bajado 65% el nivel de radiactividad y en más de 90 % de los productos marinos no detectan el nivel superado de radiactividad permitido por el gobierno. Parece que todo va por autopista hasta 2020.

Los juegos Olímpicos de Tokyo 2020.
El festejo que está lleno de polémicas. El estádio, el diseño de emblema, gastos impresionantes del viaje del alcalde de Tokyo e imposiblidad de cumplir el presupuesto presentados......Y ahora la noticia de posibles dineros negros antes de ganar.....
Si desvela alguna irregularidad el comité, 2020 lo va a celebrar en Londres. No en Tokyo. 
No sé cómo acabará. Una nación lamentable. Es como esconderse sin tapar el culo.  
Muchos eventos grandes...Mucha gente de pueblo pensaría ' Si destinaran ese presupuesto a ayudar a la gente de las zonas afectadas del último terremoto de Kumamoto o a los evacuados de mi pueblo Fukushima, muchas personas garantizarían unos años de su vida.'

Vivimos en un mundo muy cambiante y lleno de incertidumbres de todos los dias.
Siendo un testimonio de la vida. Duro es serlo cuando desaparece un avión en el camino a su destino como el avión de Egyptair de hoy o cuando se mueren muchos niños sin tener porqué en países conflictivos.

La vida es breve y hay que dar el sentido a esa experiencia testimonial para poder proteger la próxima generación y el futuro de la tierra no olvidando nunca dar las gracias a ella.  

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