sábado, 18 de febrero de 2017

HEREDAR, FUKUSHIMA

'Si no puedo levantar la orden de restricción del pueblo, temía no poder regenerar el pueblo ni heredar la cultura del pueblo. Me veía obligado llegar a un acuerdo con la política del gobierno central de fijar la fecha al 1 de Abril de este año.'
Ha sido la palabra del gobernador del municipio de Tomioka tras firmarlo.

Iba a comentar sobre el último robot limpiador e investigador llamado escorpión introducido al reactor 2 esta semana y se quedó dentro. Pero hoy no. Las noticias hablan mejor que yo.



Este levantamiento está dirigido a unos 3830 hogares con 9578 habitantes de ese pueblo.
Viendo a las estadísticas de las personas vueltas de otros pueblos cercanos no sé si consigen un porcentaje alto de revitalización.
El nombre de este pueblo Tomioka me recuerda a mis primos y a mis tios que vivían felizmente hasta hace 6 años. Todos han hecho la vida en otros lugares. Han hecho bien.
La angustia de tener que vivir con incertudumble acabaría con cualquiera. 
Esta es una foto de la casa de segunda mano que han encontrado mis tios en otro lugar.
Tiene jardín muy amplio y puede tocar las tierras para cultivar alguna hortalizas.
Se merecen tener la vida tranquila después de vivir unos años como figitivos.     

'Heredar la cultura del pueblo.' Se me ha quedado en mi cabeza. 
La cultura nace entre personas que conviven en una comalca limitada llamada pueblo.
Estos pueblos tenían bailes o musicas tradicionales con centenares de historia. Del padre al hijo ha sido heredando hasta 2011. Es comprensible que le preocupara al gobernador de estos pueblos. Nadie de ellos querrá encargarse de exterminar con su tesoro cultural.

El accidente nuclear de Fukushima Dai-ichi no solamente les ha quitado lo visible sino lo invisible está a punto de arrancarselo.
La mayoría de los habitantes habrán buscado otro sitio para seguir con su vida como mis parientes. Dispersados en todas partes del país. Así se ha hecho más dificil conservar las fiestas del pueblo. Claro está si no vuelven niños, no hay herederos del pueblo.
Tampoco los jovenes se atreven jugar con la salud de sus hijos. Instinto de los padres. 
Si no les protege los padres, ¿quién los protege? 

6 años después me da sensacion de que los papeles de víctima y verdugo se ha cambiado.
Hasta hace unos años el gobierno central se mantenía una postura discreta ante las víctimas evacuadas de su hogar. Pero en estos últimos años está sacando lo peor de su aspecto. Presiona silenciosamente a ellos a volver a sus casas abusando de su poder y autoridad junto con el gobernador de prefectura de Fukushima. La cara sucia de los políticos. Primero amontona los fajos de billete con la mascara del cordero y luego se lo quita para demostrar su cara verdadera del lobo.

Lo más colmo es que estas personas se tienen que sentir como adeudados a todo el pueblo al saber que la indemunización que cobran para vivir y el coste de descontaminación de su tierra lo sacan del dinero público. 
Ahí aprovecha los políticos como el punto debil de esas personas ingenuas. Cabrones.

Antes de levantr la orden de restricción de estos pueblos los municipios suelen tener reuniones con sus habitantes. En ella siempre se oye las mismas pregutas y opiniones. 
'Si vivo al lado del bosque y montaña que no se van a descontaminar nunca jamás, ¿cómo puedo estar seguro de los daños rediactivos? Así mis nietos no podrán visitarme nunca.'
'¿No es demasiado pronto volver?'
'¿Y los hospitales para que me den recetas de medicamento?'
Sobre el nivel de radiactividad las autoridades insiste que no hay pelígro. 
Pero nunca dice que su familia viviría allí.

Será una dilema enorme para los gobernadores de los pueblos.
Pero tiene que escoger entre supervivencia o exterminio del pueblo.
Si yo lo fuera, no sería capáz de tomar esa decisión tan complicada de copón.

Dentro de las complicaciones todavía hay gente que prevee el siguiente paso de la historia e intenta aliviar el dolor de las víctimas.
Dicen que ahora mismo muchos propietarios de las casas de la antigua zona de restricción como el municipio de Namie se lanza a desmontar sus casas arruinadas por no vivir durante tanto tiempo. En el 2014 el ministerio de reconstrucción decidió pagar el coste de desmontaje de esas casas. Pero se rumolea que el ministerio de medioambiente lo va a cortar en este año 2017. Encima si no lo desmontan, a partir de 2018 tendrán que pagar 50 % del impuesto de la propiedad que va a ser 100% en el año 2021 aunque no viva nadie. Así de chulos son los que ve desde lo más alto del país.
No todas las personas tiene facilidad de tomar esa decisión.
Una casa es la vida misma de las personas. No lo puede hacer desaparecer por una causa sin su voluntad. 
Un joven autor de imagen nacido en municipio de Naraha, a 15 km hacía sur de la central nuclear accidentada aquel día trágica del 11 de Marzo de 2011 perdió su casa por el tsunami a 300 metros de la costa. Arrazó 60 años de la historia de su casa natal en un momento. Lungo seguía con la vida de evacuación por radiactividad.    
Ha pasado duros momentos y 2015 decidió dejar su trabajo y dedicarse a grabar las imagenes de drone antes de que desaparecieran todas las casas y comarcas. 
Porque le dolió mucho tener que presenciarse al desmontaje de la casa de su mujer y que no pudo grabar las imagenes de recuerdo como él quisiera. Pensó que tenía que hacerlo para que otras personas con misma situación no sintieran el mismo dolor que él. 
Muchas personas lo agradece como un recuerdo de su vida. Los gastos lo reune pidiendo cloud funding.

La evacuación forzosa fue la primera pérdida y ahora tener que tomar la decisión de desmontar su casa es la segunda pérdida estresante para las víctimas. Creo que es un remate duro para su salud mental.

Nada facil heredar lo que existía antes en Fukushima.
Más complicado es tratar de heredar con sensibilidad los recuerdos de todas estas personas. 

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