jueves, 21 de diciembre de 2017

SENSIBILIDAD, FUKUSHIMA

Apartir de hoy 21 de Diciembre, aquí en España comienza festival de eventos este año.
Hoy la elecciones de Ctaluña, mañana la loteria de Navidad, pasado mañana el partido de Clásico, despúes noche buena y Navidad. No he encendido la tele porque todos los canales estarán pendiente del resultado de Cataluña. Prefiero estal al margen del asunto.
Sólo espero que los políticos sepan manejar para no herir los sentimientos de la gente salga como salga el resultado.

En estos 10 días que he estado vago de no escribir nada aquí en el mundo ha pasado muchas cosas. El incendio forestar de California, el accidente de tren, el atropello en Australia, otro incendio de Korea del sur...
Es imposible estar con todas las noticias. Tu cabeza reparte tus sensibilidades a cada tema dando la preferencia. Como yo hago al tema de mi pueblo Fukushima. 
Pero el reloj de vida no sabe parar. A veces avanza pisoteando tus sentimientos que todavía necesitan tiempo para su recuperación.      



Encontré un reloj sin aguja paseando por el centro de la ciudad. 
Me quedé un buen rato comtemplandolo.
Estuve pensando '¿Se habrán caido las agujas o está esperando a que las pongan?
No tenía ninguna pinta de ser ni una ni otra. 
Luego pensé  'Así está mejor. No nos puede atar con las horas.'
Cada uno imagine la hora que es. Libertad total.
Es como el reloj que dibujabamos en la muñeca con el rotulador cuando eramos muy pequeños soñando ser mayor. Me acuerdo que mi reloj tenía 30 horas porque quería tener más horas para jugar. Los mayores nos controlaba para levantar, para ir al cole, para comer, para volver del cole, para cenar, para ir a la cama. Estaba harto de reloj real.
Parecemos prisioneros del tiempo. Cuenta los segundos, los minutos, las horas, la historia de los pasados, hasta tu edad marca él. Sin ninguna caridad. Hay que ver....     

En Fukushima, donde hubo el accidente nuclear hace más de 6 años existen pueblos con el reloj parado. Si hay otro lugar parecido en este mundo con peor aspecto que aquello, sería la zona de restricción de Chernobyl o atlón de Bikini. Desde 1954 y 1986 hasta hoy ha pasado muchas décadas.
Mi pueblo todavía está en fase de resistencia sentimental con el chantaje político. 
Despúes de varios años el gobierno quiere aparentar cuanto antes la normalidad sin garantía de la salud de los habitantes. Por su reputación o por tema económico de no tener que pagar ya las ayudas a los afectados. Los pueblos cercanos a la planta accidentada intentan apostar a la supervivencia dibujando el pueblo compacto en zonas menos contaminados. Sin resultados que esperaban tener.

En el pueblo interior de Iitate que unos meses despúes del accidente el gobierno informó que estaba muy contaminado por la nube radiactiva que pasaba, hasta hace poco tenía un plan de hacer un nuevo supermercado para dar facilidad a los habitantes que volverían. Pero ha tenido que abortar. No vuelven suficientes habitantes. Sólo los mayores como imaginabamos. En otros pueblos también pasa lo mismo. Su gran reto es captar a los habitantes jovenes para evitar su autodeterminación. Que podría llegar en futuro cercano desgraciadamente. 

Hace tiempo os había comentado que hay un plan de rebitalizar la zona costera afectada de triple desastre de 2011. Inovation Coast Plan. Inyectar el presupuesto de reconstrucción a esta zona para activar las nuevas industria como la tecnología de desmantelamiento de las plantas nucleares y robótica que tiene que desarrollar mucho para llevar al cabo las tareas de extracción de los combustibles que siguen dentro de los reactores accdentados. Es otra apuesta de buscar nuevos inquilinos jovenes. 
En futuro cercano en otoño del 2018 los 566 balas de combustibles que duermen el el reactor número 3 de Fukushima Dai-ichi están previstos ser extraidos a remoto por alto nivel de rediactividad. 
Como una parte del mismo plan otro día la noticia decía de la terminación de la obra de la base de gas LNG con capacidad de almacenar 230.000 kilolitro en el puerto de Soma, costa norte de Fukushima. Ahí convierte el líquido por gas y lo transporta por pipeline. 

Otro problema eterna de la planta es qué hacer con el agua tratada de radiactividad que van acumulando cada día. En esto días el presidente de la comisión reguladora nuclear está visitando a los gobernadores de estos pueblos para escucharles. Cada pueblo tienen propios problemas y el presidente del organismo por lo menos presta su oido. Pero al mismo tiempo intenta convencerles, sobre todo a los de la zona costera para que la empresa Tepco pueda vertir el agua al océano cuanto antes. Según él no existe otra forma de terminar con el agua almacenado en terreno de Fukushima Dai-ichi. 
Por supuesto para los pescadores de la zona que ha aguantado durante todo este tiempo midiendo el nivel de radiactividad de todos los especies marinos sin sacarlos al mercado como pesca oficial y ahora que casí en todos los especies han conseguido bajar del nivel permitido por el gobierno no es nada bienvenido. 

Fuera de Fukushima en el mundo de anti energía nuclear Japonés en esto días han habido  buenas noticias. El juez de juzgado superior de prefectura de Hiroshima, donde tuvo miles de víctimas de bomba atómica en 1945, ordenó la suspención del reactor-3 de la central nuclear de Ikata situada en prefectura de Ehime, en otra orilla de la isla de Shikoku. Por no poder garantizar la seguridad en caso de erupción volcánica. La empresa operadora Shikoku Electric va a alegar.
Mañana 22 de Diciembre otra operadora electrica gigante del país, Kepco está previsto anunciar el desmantelamiento de los reactores 1 y 3 de la planta de Ooi, prefectura de Fukui. En junta de accionistas han tomado esta decisión valorando el sobre coste billonario de tener que mejorar la seguridad de estos reactores que cumple sus 40 años en 2019 para pasar el examen de reguladora nuclear.

Con estos reactores comerciales se suman a 8 que se van a desmantelar despúes del accidente de Fukushima Dai-ichi. Aunque dicen que se tarde un desmantelamiento unos 30 años, si van dejando poco a poco algunos reactores es buena señal. Sobre todo para la salud mental de los afectados. Por lo menos podemos pensar que ha servido para algo nuestro sufrimiento de estos años.

Los avances materiales de reconstrucción van con el reloj.
Pero algo más importante de la gente siempre se quedan atrás.
Hay gente que todavía necesita más tiempo para recuperarse de lo que pasó aquel día.
Un día como otros perdieron el entorno total de la vida.
El accidente de mi pueblo Fukushima pudo acabar con todo.

Las agujas del reloj no puede marcar la sensibilidad por ahora.
Si tuviera la historia alguna manera de describir mejor la sensibilidad de la gente antes de grabar los números de sucesos pasados, a lo mejor se podría cambiar el mundo.  

¡Feliz Navidad para todos!

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