domingo, 19 de enero de 2014

LOS CAMINOS DIFERENTES, TOKYO Y FUKUSHIMA

Quizás no me acabo de aterrizar a España.
Desde que llegué a Madrid han pasado 2 fines de semana durmiendo más de 30 horas seguidas. En teoría mi cuerpo debe estar recuperando. Pero me aprieta el dolor de cabeza que no se me quita ni tomando Espidifen. Mi cabeza debe tener un cortocirucuito volviendo a la realidad tras 40 dias de cura. O me habría sentado mal estar con mi familia en Fukushima.El diablo que no se ve dime por favor si me has hecho algo al cuerpo.
No. No quiero pensar en éso. 
Cuando uno está un poco debil piensa en tonterías. Disculpadme.
Pronto me pondré a 120%.

    
Antes de coger el vuelo de vuelta a Madrid hice una noche en Tokyo.
Cené en un restaurante que trabaja de camarero un jovén de mi pueblo.
Sólo sé que perdió su casa el día de Tsunami. 
La tercera vez que he pasado por allí después de las tragedias.
Le hablé porque en su etiqueta de nombre ponía que era de Fukushima.
5 Meses después él acordaba de mí. '¿Cuándo se marcha esta vez?' Me preguntó.
'Mañana.' Le dije mientrás hacía cola.
'Acomodese y disfrute de comida hasta que cerremos.' 
Me dijo después de darme una mesa.
No pude estar hasta su cierre por el cansancio.
La ultima frase fue 'Hasta la proxima.'

Os parecerá una cosa cotidiana. Pero para los de Fukushima tiene un significado.
Un señal de su existencia. 'Estoy vivo aquí. Aunque mi pueblo ya no está.'
Y yo le contesto '¡Qué bien que estés! Que sigas con ese ánimo.' sin dirigirle ninguna palabra. Una conversación de miradas es suficiente para nosotros. 
'Irasshaimase!(¡Bien venido!).' Me pareció que él gritaba más que nadie.
Su voz lo tengo en el oído.
La proxima vez le tendré que invitar una copa después de su trabajo.

Muchas personas de Fukushima han tenido que recetear su plan de futuro tras el accidente Nuclear de Fukushima Dai-ichi como este jovén o mi hermana.
Por varias circunstancias cada persona tiene su propia historia.

La decisión que debió de tomar el gobierno central en su momento lo tuvieron que tomar los propios habitantes. 

Huir de Fukushima significa apartarse de radiactividad. 
Vivir en Fukushima significa convivir con radiactividad.

La mayoría de mis parientes ha escogido la segunda opción.
No son capaces de renunciar la vida de Fukushima. Ni yo soy capáz.
Sin saber si es el camino correcto o incorrecto.

El municipio de Futaba intenta reabrir un colegio primario y secundario.
9 de 600 almunos que pertenecen al municipio quieren ir a ese colegio.
El señal de que sus habitantes han empezado caminar por otro lado.

El gobierno central sigue en sus trece de apostar en la energia nuclear.
Tepco nos amenaza diciendo que si no le dejamos reactivar la central nuclear de Kashiwazaki-Kariwa de la prefectura de Niigata, no hay dinero para seguir la tarea de desmantelamiento de Fukushima Dai-ichi.
Un chantaje de siempre.

1000 ganaderos de Fukushima tuvieron que abandonar su negocio y buscan su futuro.
Los pescadores de la zona intentan rehacer la vida haciendo faenas de prueba tras casi 3 años. Esta semana no han salido la radiactividad en los abalones. Los calamares han salido a los mercados fuera de Fukushima tras varias pruebas.

Tokyo que he visto respiraba como si todo ésto no hubiera pasado. Miles de luces de la gran ciudad tapaban lo que ocurrió en mi pueblo Fukushima.

Nos preocupan demasiadas cosas en ese mundo. El continuo conflicto de Siria, Pakistan, Afganistan, los de Africa. Cada persona tiene sus problemas indistintamente de su tamaño.
Los politicos de grandes países sólo piensan en sus bienes sin ver las consecuencias en los más pobres. Igual que mi país. Los más debiles siempre deben ser victimas. 
La mayor preocupación mía sigue siendo la situación de Fukushima Dai-ichi que no deja de renovar su récord del nivel de radiactividad y la situación del reactor-3 que dicen los operarios que está critica.

Si tuvieramos que escoger uno de dos caminos, espero que nos quedemos con lo correcto para el futuro de los niños.

La dignidad o codicia.

Sigo pensando que Tokyo no hace falta iluminar tanto y Tokyo no debe olvidarse de Fukushima que les daba tanta luz durante varias décadas para su trinfo.
Hay un político tonto que dice que el maraton de los juegos olimpicos de Tokyo 2020 se debe celebrar en Fukushima. Para que nos sentamos más vulnerable de lo que estamos.

Ya está bien de tomarnos tontos.

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