miércoles, 4 de noviembre de 2015

EL RECUERDO DEL MAR DE FUKUSHIMA

La última vez que estuve en la playa nuestra de Fukushima fue el verano del 2010.
Habíamos cogido un gustillo de echar unas horas allí con toda la familia. 
Mis sobrinos eran muy pequeños que corrían por las olillas gritando. 
El mayor luchaba con las olas como si fuera el heroe de la televisión.
Su abuelo les vigilaba por si les llevaba el mar. Algunas veces les echaba una bronca.
Mi madre sentada en una silla debajo de la sombrilla gozandose de las brizas.
Cuando bajaba el mar yo intentaba buscar las almejas dentro de arena recordando cuando eramos niños. Al encontrar los seres marinos el corazón de los niños lo tenía ganado yo.
Hasta la estrella del mar no pudo resistir con mi aventura pesquera.
Mi hermano y mi hermana de fotógrafos grabando el día increíbre. 
Sin duda aquellos veranos fueron mejores reuniones familiares de nosotros.
Espero que mis sobrinos lo recuerden cuando sean mayores.



En esta foto no se ve bien nuestra playa porque es una foto que saqué este verano desde lo alto del faro de Shioyazaki que está más al sur. Una de las zonas más afectadas de Tsunami. Ahora mismo se encuentra en plena obra de reconstrucción. Por eso no se ve ninguna casa ni edificio en ese cachito de tierra que está a la izquierda de la foto.
En el fondo tiene que estar los ractores embrujados.

Un día soleado de verano el mar te da una paz y tranquilidad.
Parece mentira que fue capáz de tragar tantas cosas aquel día 11 de Marzo del 2011.
Muchas veces pienso '¿Sería un castigo de la tierra?
Luego lo rectifico 'No, el castigo fue el peor accidente nuclear de la historia.'

Convivíamos con el mar, con las tierras y con la naturaleza perfectamente.
Ellas nos daban los frutos y nosotros los cuidabamos.
Sabíamos cuando se enfadaban el mar con los cinco sentidos. 
El sonido y el viento eran nuestros mensajeros fieles. 
En mi casa por la noche se oye las oleajes y cuando dan muchos golpes llega el olor del mar que son inconfundibles.  

Lo que te hace el entorno natural creo que se quedan en el fondo de tus pensamientos para siempre que muchas ocaciones te pueden fortarecer tus sentidos originales.
Son gran maestros comunes para todo el mundo.Que seas un pobre que seas un millonario.
Te pueden enseñar muchas cosas aunque no te hablan. Por lo menos a mí.
Ante ello somos más pequeño que un punto en una hoja.
Sigo creyendo que la vida nuestra se lo debemos a la madre naturaleza. 
Si no nos proporciona el oxígeno ni el sol, no estaríamos en este mundo.

La gente de mi pueblo Fukushima a parte de estar indignada guarda un dolor profundo de haber ensuciado su mar, su tierra y sus montes.
Sabemos que no ha sido culpa suya. Pero no es tan simple. 
La mayoría de ello estaba bajo custodia de los que vivían o los que viven.
Se sienten responsable de lo ocurrido ante la naturaleza. 
Este sentimiento proviene del sintoísmo. Creo. A lo mejor es un poco complicado de explicarlo para los que no conocen.......
Es un analísis personal mio que no debe estar desviado.

La central de Fukushima Dai-ichi no tiene otro remedio que vertir el agua tratada para seguir con las tareas de desmantelamiento. Con el permiso de los pescadore de la zona.
Hace 1 año era la noticia y ahora no es noticia. Así se irá marchitando el tema.
Como el sueño de hacer el mundo sin armas nucleares. En estos dias los paises poseedores de este arma han abstenido al voto de abolición nuclear en la reunión de naciones unidas. Deberíamos quitar el mando del mundo a estos países insensibles.  
Creen que el mundo es suyo y se equivoca.

La noticia de mi pueblo hoy decía que ha aumentado el número del caso de descriminación escolar. Se ha informado 882 casos en este año fiscal que es 4.3 veces más que el año anterior. Las autoridades del sector dicen que es por haber forzado su vigilancia en estos años y se han descubierto los pequeños indicios de incidencias.
Yo no opinaría lo mismo 100%.

La situación que ha vivido y están viviendo ellos está muy lejos de la familia feliz.
Han tenido que cambiar de su casa, de su entorno familiar y de amistad. Analizo que superar la edad de pavo es todavía más complicado que los que viven fuera de Fukushima.
Mucha anciedad están ocultando en casa y en el colegio por ver lo inusual.
Se dicen que lo que más quieren los padres a sus hijos es la sonrisa de los niños. Pasa lo mismo con los niños. Lo que más piden en este mundo los niños es sentirse muy feliz con los padres. El daño emocional que les ha causado el accidente es inmenso.

Muchos adolescentes de allí después de las tragedias han cambiado sus miradas.
No tiene nada que ver con las miradas de los jovenes como Otaku de grandes ciudades.
Los de Fukushima tienen miradas muy firmes y agudas hacia futuro.
Muchos de ellos tienen ganas de reparar lo que ha destruido quedandose en Fukushima.
Algunos deciden remontar los negocios que han tirado la toalla sus padres. 
Como ser pescador o ganadero. Otros quieren ser una pieza del pueblo cuanto antes. 
Es de llorar. Pero esperanzador para el futuro de Fukushima.
Pienso que quieren recuperar la unión de familia que se rompió y sonrisa de los mayores.

¿Habrá otro lugar en este mundo que reza al primer sol del año con las manos encajadas?

Mientrás no pierdan esa costumbre de respetar a la naturaleza creo que mi pueblo algún día pueda levantarse de nuevo.


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