martes, 7 de noviembre de 2017

RACIONALIDAD SOCIAL, FUKUSHIMA

Mi madre salió bien del quirófano el pasado día 2 de Noviembre. 
Mis hermanos dicen que va a intentar recuperarse para acudir a la celebración de la boda de su nieta. Hay que ver.....Si es un objetivo suyo para acelerar su recuperación, bien.
Pero se lo suele tomar tan en serio que se podría pasar de rehabilitación.
Hoy también dice que ha andado mucho con el andador. 
Espero que no lo fastidie andando más de la cuenta. Demasiado recta es mi madre.
La buena noticia es que no tenía que ir. 


Hoy en mi país es el primer día de invierno. Rittou.
Las cuatro estaciones de allí están muy marcadas. En la zona montañosa de Fukushima hace una semana ya nevó como es una cosa normal de esta época del año. No como aquí que casi sólo existe calor y frio. Seguro que tendría mucho que ver con el  temperamento de la gente que tanto me costaba entender cuando llegué a este país. 

Estando de vacaciones me da tiempo de hacer muchas cosas y reflexionarme. Ir al medico, dentista y al punto limpio también. Pensaréis 'vaya mierda de vacaciones.'
Pero me viene bien algunas veces vivir día a día de otra forma sin prisa. Ves lo que no ves habitualmente y agradeces a la luz del día en casa siendo días laborables. Haces las cosas porque lo quieres hacer. No obligados que hacemos otros días.
Te da tiempo de pensar en lo que hayas dejado para otro día.


Da igual lo que han hablado el nuestro primer ministro Abe con Trump de compra venta de las armas o la forma de echar la comida del presidente de USA a las carpas...... 
Voy con el tema mío. 
Estoy leyendo ahora un libro un poco dificil de entender. Desde 2011 mi librería, si se puede llamar así porque los libros que no caben se están amontonando como pueden, ocupan los libros relacionados al desastre y al accidente nuclear de Fukushima Dai-ichi.
Si lo veís, puedo ser Otaku de Fukushima u obsesionado. O simplemente uno que no está dispuesto enterrar facilmente lo que ocurrió en Fukushima.

El libro se titula 'El estrés de la reconstrucción'. Escrito por un doctorado de neurociencia, especializado a estrés. En su libro analiza lo que han sacado como conclusion los académicos e investigadores del campo sobre la probabilidad de pelígro a vivir con cierto nivel de radiactividad en Fukushima. 
Despúes del accidente la portavoz del gobierno repetían muchas veces sobre este punto 'Científicamente no existe pelígro que se pueda observar enseguida, Según los científicos no hay porque haber secuelas importantes de salud....etc.' 

El autor del libro piensa que el uso de palabra 'Científicamente' por los que intentan tranquilizar la situación de caos puede ser un escapatorio cómodo. Esta palabra en sí da sensación de mucha credibilidad a la sociedad. Pero al mismo tiempo quita la palabra de las víctimas. Y dice que el caso de la gente de mi pueblo Fukushima no se puede separar por los que creen en la seguridad que dice el gobierno y los que no con una raya como han hecho los políticos con sus terrenos.
Mentalmente es mucho más profunda la secuela que ha dejado el accidente nuclear. 
Que se puede ver en el caso de aborto de las ayudas económicas para aquellos que se evacuaron por su cuenta estando fuera del marco de la zona de restriccón establecida por el gobierno. Por no seguir las decisiones de las autoridades tienen que vivir ocultando su pueblo de origen, por ejemplo cambiar la matrícula del coche. Y sufrir el rechazo social en nuevo sitio de vida por cobrar la indemunización o en los colegios que se han dado muchos casos. Según vayan levantando la orden de restricción habrán más casos similares dice. Las víctimas que poco a poco se está convirtiendo por no deseados en ningún sitio.

El límite de dosis efectiva de radiación al año está establecido a 1 milisievert por ICRP desde 1990. Por dos razones. Uno, haciendo calculo de la probabilidad de una víctima de cancer entre 10000 personas. Si supera este número de víctima, consideran que es el número inaceptable. Otra viene del nivel médio de radiación natural por radón que está a 1 o 2 milisievert al año. Este nivel está dentro del daño a la salud que la sociedad haya experimentado. Ninguna de estas razones asegura el base cientifica que sobrepasando este nivel de radiactividad nos puede hacer daño. Razonan por factor humano. El autor dice que eso también se puede interpretar que no es que no haga falta descontaminar los terrenos de Fukushima que detecte este mismo nivel de 1 milisievert.
Y nos dice que la evaluación de riesgo no define por razones cientificos sino por concenso social como ha hecho ICRP. La política de actual gobierno de acelerar la vuelta de los evacuados a sus pueblos con 20 milisievert diciendo que cientificamente está seguro es un abuso y un plan malvado según él.     

Eso de tratar a los evacuados por su cuenta como si fueran personas egoistas o enfermos agravan la situación de esas personas. Porque cientifícamente no cuentan la enfermedad social que padecen estas personas. Sólo evaluan como enfermedad relacionada al accidente nuclear lo que han visto en Hiroshima, Nagasaki y Chernobyl.
El neurocientífico dice que en nuestro cerebro es la emoción lo que hace la dirección de toma de decisiones intuitivamente. Y estas personas evacuadas detectaron el pelígro y están demostrando su saga de tener que protegerse ellos mismos y a sus hijos de ese pelígro invisible. Es una reacción emocional y normal que tenemos desde hace mucho tiempo siendo un ser humano mucho antes de tener la ética y la moral que pertenecen también al factor emocional. Da importancia de distinguir el problema científico y el problema de valores de cada individuo para mantener la comunicación sana de riesgo. 

También habla sobre un estudio de la equidad en la sociedad. Dice que donde hay sistema justo y equitativo la gente se siente un placer de tenerlo, puede gozar de mucha salud, ayudan a los más débiles y la vida alarga como veníamos evolucionando. Pero donde no lo hay la gente rechaza instintivamente la injusticia o desigualdad y baja la tasa de supervivencia. Otra cosa que pasa en Fukushima que sigue siendo uno de las polémicas del asunto.

Este libro intenta enseñarnos la diferencia entre razonamiento científico y racionalidad social que interviene los valores. El autor siendo un neurocientífico no está cien por cien de acuerdo con los resultados que han sacado los académicos sobre la salud de la gente de Fukushima y propone encontrar la comunicación fruida entre las víctimas y los demás por la racionalidad social. Para no ser olvidado hace falta más comunicación antes de que lás víctimas pierdan sus últimas palabras. 
Y que hagan justicia en los juicios pendientes para que ellos puedan recuperar su dignidad.

Una parte de este libro me ha ayudado a encontrar un porqué que llevaba todo este tiempo buscandolo. La discrepancia de las opiniones de mi hermana y mi hermano de todo lo que está pasando en el pueblo. Matemáticamente era imposible de sacar la respuesta.
Me faltaba contar con racionalidad social y riesgo psicosocial. 

¡Qué complicado es lo de mi pueblo.....!

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