domingo, 16 de febrero de 2014

EL ÁLMA AUTENTICA JAPONESA

Os he comentado que soy olimpiquero. De nuevo hoy no he podido controlar mis emociones. Kasai ha sido el culpable de esta tarde.
Su forma de saltar es un arte impecable. 
Con sus 41 años y dice que va por las siguientes olimpiadas de Korea del 2018.


Nada menos que 7ª participación en los juegos olimpicos de invierno.  
Sus empeños le han otorgado el segundo puesto que vale más que el oro.
Al saltador que ha ganado la medalla de oro le saca 15 años.
Toda una leyenda. Seguirá saltando Kasai hasta que su cuerpo le diga ya basta.

El campeón del patinaje Hanyu es un chico nacido en Sendai. Una de las zonas más afectada de Terremoto y Tsunami. Después de ser medallista olimpica nos ha comentado que ahora está en la linea de salida para poder ayudar a las victimas de las tragedias.
Su glória le ha dado mucho ánimo a su pueblo que tiene mucho que reconstruir todavía.
Sin duda va a ser el icono de la zona.

Detrás del festejo de estos dias no debemos olvidar que hay miles de operarios en la planta nuclear de Fukushima Dai-ichi luchando contra casi lo imposible.
Hoy he leído en Facebook un comentario de uno de ellos.
'Lamentablemente por aquí han desaparecido muchas pasiones de trabajo. ¿Habría sido una cosa momentanea? Los que no han venido a trabajar con excusas ni te cuento.
En el mundo exterior solo hablán de las obras publicas y la gente se disfruta de los juegos olimpicos. Nosotros estando aquí parece mentíra que estemos viviendo en el mismo mundo. La gente ya no quieren hablar de este lugar. Muchos compañeros que trabajan aquí han perdido la pasión. Yo soy afortunado que todavía tengo compañeros con misma pasión de hace 3 años. Algunos que han estado con nosotros se han vuelto locos por el dinero. 
Me dan nausea. A lo mejor los raros somos nosotros. En estos años este sitio se ha convertido un lugar de trabajo normal corriente.
¿Qué es lo que ha cambiado? ¿Qué es lo que nos atrae este trabajo? 
Intento ponerlo en questión. Me lo pregunto a mí mismo. 
La respuesta es que estamos haciendo lo que debemos hacer. Lo que creemos que tiene la preferencia más que otras cosas.
Me tiembro con el dolor. Más me duele cuando salgo de este sitio. Mejor no salir de aquí.
Si trabajo 24 horas aquí duermo aquí y vuelvo a trabajar de nuevo. Empiezo pensar así.
Creía que yo era fuerte, invencible, inmortal sin tener miedo a nada.
Pero la brecha y la pared invisible con el mundo exterior me hace temblar. 
No me explico esta sensación. Asi ¿me envejeceré y me moriré?
¿Me iré al trabajo? No. No hay nadie.'   

Muchos de ellos hoy en día no son noticias ni siquiera en Fukushima. 
Sin embargo están con sus tareas peligrosas todos los días. 
La pasión que se refiere este operario nacido en la zona de restricción es la responsbilidad a su pueblo, a su país y al mundo que vivimos todos nosotros. Muchos de ellos saben que la tarea no se termina mientrás vivan y tienen que delegarlo a los siguientes generaciones.
Están dispuestos ser ratones de pruebas humanas para que tengan mejores condiciones de trabajo los que vengan. Sacarán resultados de su salud a cabo de los años trabajados.
Esa herencia dicen que les podría valer a los jovenes.

¿En cuántos países del mundo habrían hecho lo mismo?
Ellos habrían podido escoger la huída en vez de quedarse sabiendo la exposición que podría tener en Fukushima. Su orgullo se lo impidería.
Estoy seguro de que en ningun país del mundo habría podido tener tantos heroes en el lugar más peligroso de la planeta.

El valor del álma de ellos es incaluclabre y debe ser considerado por el mundo.
Si se hubierán marchado todos ellos de ahí, se hubiera puesto peor la situación de Fukushima Dai-ichi y a lo mejor no estríamos respirando ahora mismo ninguno de nosotros. Sólo hablamos de cagadas que comete la empresa responsable. Pero ellos son mucho más nobles que Tepco en el trabajo.   

Yo les considero como los salvadores del mundo y pienso echar una mano a ellos.
Muy duro ser propias victimas del accidente nuclear y trabajar bajo el mando de los verdugos.

Su empeño es el verdadero álma japonesa que semeja al empeño de los medallistas olimpicas.

AKIRAMENAI(no tirar la toalla).
Ellos nunca nos dejarán con el culo al aire. Estoy seguro. 

Los que estamos fuera de la central nuclear de Fukushima Dai-ichi todavía podemos hacer algo más por ellos.

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