viernes, 13 de marzo de 2015

EL CUARTO ANIVERSARIO DE 11-M DE JAPÓN EN MADRID

Este día me sigue siendo el día que sólo deseo que termine tranquilamente.
11 de Marzo.
El día que cambió la vida de muchas personas.
Muchos dejaron de estar entre nosotros. 
Los otros están en algun lugar deseando que sean encontrados.
Y los de mi pueblo Fukushima están sin poder confiar en propio país. Muchos siguen en la vivienda provisonal mientras el gobierno gasta la parte del presupuesto de reconstruccion en compra de las armas.


4 años después por fín he sido capáz de hacer un acto por este día.
4 años necesitaba para tener la cabeza sentada y pensar lo que podría hacer por las víctimas. Avergonzado ante ellos he estado todo este tiempo. De no ser capáz.

Un pequeño homenaje he podido dar en la plaza de Callao de Madrid.
Con la ayuda de unos buenos amigos que era de mucho agradecer.
En esta ciudad curiosamente no ha habido actos continuos en nivel diplomaticos ni civil para ese día como otras ciudades del mundo. He sabido que no hay que esperar nada a nadie si quiero ver lo que quiero.  

Seguiré haciendolo este día de cada año tan simbolico para nosotros.
Para que la gente se acuerda de aquello aunque sea sólo un momento del día.
Confío en la solidaridad de la gente de esta ciudad.  
Los afectados de terremoto y tsunami todavía no se han recuperado mentalmente y me gustaría recordar de ellos durante mucho tiempo y hacer que se recuerde la gente.  

11 de Marzo del 2011.
El día que me cambió la vida. Mi cabeza se receteó completamente.  

Mi pueblo Fukushima sigue sufriendo por culpa de radiactividad y necesita cariño de todo el mundo obligados a vivir como prisioneros viendo las noticias de la planta accidentada que no dice ningun fín. 750 toneladas del agua contaminada en escape.

Ningún político del gobierno central no es capáz de vivir en una casa prefablicada.
Donde viven miles de evacuados.
Está claro que la política no prevee para 40 años. Les da igual a los políticos. 
No creo que un político de mi país piense gobernar durante 40 años.
Pero la gente de allí tiene que vivir 40 años. O más.

¿En qué debemos confiar? 
En nosotros mismos. Piedra a piedra nos vamos a reconstruir.
De vez en cuando con el cariño de la gente del mundo.
Nuestro deber es transmitir la vida de Fukushima.
Para que la humanidad no se cometa al mismo error.

Doy las gracias a todas las personas que nos han dado gran ayuda y nos siguen apoyando.

Y deseo que el alma de casí 20000 víctimas descansen en el cielo y que nos iluminen al camino a seguir. 
Sobre todo a sus seres queridos que luchan en la tierra.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario